¿Se puede aprender mientras nos estamos moviendo? Podría pensarse que el hecho de no parar dificulta la atención, sin embargo, María Sonia Serrano Fernández, indica en uno de sus trabajos universitarios que sucede que todo lo contrario. De hecho, se invita a poner en marcha este modelo para que los más pequeños puedan conocer nuevas destrezas e interiorizar conocimientos que hasta la fecha no controlaban.
Y es que, según estos profesionales, al moverse el cerebro permanece atento y se sumerge en un “río de ideas”. Mientras dura esta actividad se tiene un control sobre el entorno para vigilar obstáculos, saber dónde se encuentran otras personas y elegir la dirección que hay que tomar. En definitiva, la mente sigue trabajando tanto de forma consciente e inconsciente. ¿Por qué no aprovecharlo para aprender y mejorar los conocimientos de los más pequeños?
Actividad física y creatividad
Actividad física y creatividad La actividad física está ligada a los procesos creativos y guarda relación con la curiosidad inherente al ser humano, esa misma que nos hace investigar en nuestro entorno para saber cómo es para interactuar con el mismo. La infancia también es una de las fases de la vida en donde la mente es más flexible y está abierta al aprendizaje y es cuando más interés se muestra por tocar, moverse y experimentar.
El aprendizaje en movimiento se basa en la experiencia y experimentación en donde los niños se acercan al mundo que les rodea. De esta manera, los pequeños se convierten en sujetos activos de este proceso donde exploran, indagan, preguntan e incluso crean sus propias conclusiones. Sin embargo, este proceso no debe ser anárquico ya que se precisa de una figura central para explicar y aclarar.
De esta manera, el profesor o los padres se convierten en la base del aprendizaje. Así ofrecerá una orientación que les permita avanzar en torno a todo lo que vaya aprendiendo. La intención es que los pequeños descubran un tema de aprendizaje a través de movimiento, reconozcan algo, experimenten, lo sientan en su cuerpo y, eventualmente, lo entiendan mejor.
Beneficios del aprendizaje en movimiento
Por tanto, ¿qué aporta el aprendizaje en movimiento a los niños? Estos son algunos puntos clave que merece la pena conocer:
- Reduce el sedentarismo. Al fin y al cabo, los niños se están moviendo, lo que significa que se reduce el sedentarismo al obligar a los niños a investigar su entorno, en lugar de permanecer sentados.
- Mejora la atención. Como ya se ha dicho, moverse significa prestar atención al entorno y conocer todo lo que rodea para interactuar con él y conocerlo mejor. Todos los sentidos están alertas para saber cómo reaccionar. – Favorece la curiosidad. Los niños investigan, conocen nuevos elementos y preguntan sobre los mismos. Al fin y al cabo, la base del descubrimiento de los conocimientos.
Fuente: Damián Montero / hacerfamilia.com