- 3 de cada 5 niños, niñas y adolescentes que perdieron un año escolar en el mundo a raíz de la pandemia, pertenecen a la región de América Latina y el Caribe.
América Latina es la región más desigual del planeta, el diagnóstico no es nuevo y la pandemia lo está agravando. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), asegura que la pandemia aumentará en un 4,4% la pobreza en la región. Se sumarán 28,7 millones de pobres, llegando al alarmante número de 214,7 millones de personas en contexto de pobreza: uno de cada tres latinoamericanos será pobre al finalizar la pandemia.
Estos números se recrudecen cuando Unicef sostiene que 3 de cada 5 niños, niñas y adolescentes que perdieron un año escolar en el mundo a raíz de la pandemia, pertenecen a la región de América Latina y el Caribe, -casi el 60% del total de los jóvenes latinoamericanos-.
La pandemia profundizó los problemas en el ámbito del aprendizaje de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe. Según un reporte de Save The Children, el 47% no cuenta con suficiente conectividad e Internet para estudiar, este número escala al 71% cuando se trata de hogares de niños y niñas pobres; el 25% no tienen ayuda disponible; y el 49% tiene problemas de comprensión de las tareas.
Las plataformas y sistemas educativos en línea fueron la respuesta generalizada e inmediata, ante la necesidad de interrupción del ciclo escolar en los diferentes países de la región; pero paradójicamente, menos de la mitad de los hogares de América Latina y el Caribe tienen acceso a internet, a una computadora, tableta o teléfono móvil. A las desigualdades ya existentes, se sumó el riesgo de marginación y desconexión de los alumnos al sistema educativo.
En este escenario, los sistemas educativos enfrentan el gran desafío de buscar respuestas para abordar las problemáticas vinculadas a los aprendizajes, el abandono escolar y las trayectorias escolares de los estudiantes, que se han profundizado con la pandemia.
Del piloto a la política, el desafío de mejorar los aprendizajes
¿Cuáles son las mejores estrategias para mejorar los aprendizajes? ¿Qué políticas hay que implementar para que estas mejoras sean sostenidas en el tiempo? ¿Es posible abordar las desigualdades estructurales con políticas que abarquen problemáticas diversas? ¿Cuáles son las herramientas que permiten tomar mejores decisiones? Para responderlas, resulta fundamental contar con evidencia que permita tomar mejores decisiones.
En la actualidad, compañías de recursos tecnológicos tienen la oportunidad de colaborar con los Ministerios de Educación y/o autoridades regionales para desarrollar proyectos a escala nacional o territorial para comprender cuál es el impacto que se puede esperar luego de la incorporación de soluciones tecnológicas.
“Matific es una plataforma que permite relevar todos los datos obtenidos en un piloto para la toma de decisiones efectiva. Estamos convencidos de que la implementación de un recurso digital como el que ofrecemos, además de mejorar el acceso y/o uso de la tecnología, potencia el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Sumado a esto, la implementación de pilotos a nivel nacional permite evidenciar el acceso y aprendizaje de territorios con distinta densidad, cultura e incluso sistemas educativos”, afirma Nicolás Falus, Business Development Manager Matific para LATAM.
El ejecutivo afirmó que América Latina y el Caribe necesita hoy más que nunca de sistemas educativos inclusivos para dar respuesta al impacto del Covid-19 sobre el aprendizaje en toda la región. “La implementación de tecnologías y nuevos desarrollos digitales son de gran ayuda para enfrentar el desafío de mantener la continuidad del ciclo lectivo a distancia, pero a su vez, son herramientas que ya se estaban implementado dentro de los diferentes sistemas educativos latinoamericanos. Las plataformas digitales llegaron para quedarse, complementan y no restan al proceso de aprendizaje, y ante un potencial formato mixto –virtual/presencial-, juegan un rol clave”, subrayó Nicolás Falus.
El valor agregado de Matific también está relacionado con el aporte que hace para mejorar el diseño de políticas públicas. Por esa razón, trabaja junto con los Ministerios de Educación Nacionales y también jurisdiccionales en Chile, Colombia, Perú y también en el marco del Plan Ceibal de Uruguay. Su propuesta busca poner a disposición de los docentes y estudiantes su plataforma para la enseñanza y el aprendizaje de la matemática, para que la incorporen a su propuesta de enseñanza y evalúen su impacto.
En los últimos 6 años impactó en más de 4,100 escuelas, 95.000 docentes y 580.000 estudiantes de la región. En promedio, según los informes realizados por Matific, se han obtenido mejoras generales cercanas al 20% en los aprendizajes de matemática, pero cuando nos focalizamos en aquellos estudiantes con mayores dificultades, la mejora asciende a un 45%.
En el caso de Argentina, recientemente se han aliado con la Red de Innovación Local (RIL), una asociación civil que trabaja para mejorar las capacidades de gestión de los gobiernos locales. Esta alianza permitirá poner al alcance de los municipios, la posibilidad de contar con una herramienta para evaluar, medir y potenciar los aprendizajes de los estudiantes en el área de matemática y desarrollar políticas acordes a los desafíos de cada territorio.
En Colombia realizó un acuerdo con el Ministerio de Educación, y durante 2020 en plena pandemia, se ofreció Matific como recurso para todos los docentes y alumnos de escuelas públicas. Así impactó en 789 escuelas, 2366 docentes, y 41.084 estudiantes.
En total los estudiantes de Colombia realizaron más de 2 millones de actividades que resultaron en una mejora general del 18%, pero que en el que caso de quienes presentaban mayores dificultades, alcanzó hasta un 50% de mejora.
En Perú han formado una alianza con la Dirección Regional de Educación de El Callao (Perú), para ofrecer a todas las escuelas de la región el acceso a su plataforma, en el tercer trimestre de 2020 con el objetivo de brindar asistencia en la enseñanza a distancia y proveer desarrollo profesional para la instrucción de las matemáticas. Así, impactó en 62 escuelas, 607 docentes, y 7750 estudiantes.
En total los estudiantes realizaron más de 675.034 actividades que resultaron en una mejora general del 22%, pero que en el que caso de quienes presentaban mayores dificultades, alcanzó hasta un 48% de mejora.
En Chile trabajó en un piloto con 787 escuelas, 3100 docentes, y 111.736 estudiantes, desde el estado de Arica hasta la Patagonia chilena.
Entre marzo y octubre de 2019 los estudiantes de Chile realizaron más de 2,6 millones de actividades que resultaron en una mejora promedio del 20.9% en todas las áreas del plan de estudios. Sumado a esto, vimos una correlación positiva de 0.41 entre el tiempo dedicado al uso de Matific y el puntaje de las prácticas SIMCE, lo que significa que para la cohorte que participó de las prácticas SIMCE, aquellos que más tiempo habían utilizado Matific, obtuvieron mejor puntaje en las prácticas de SIMCE.
Esta evidencia muestra el potencial que ofrecen las plataformas digitales como las que ofrece Matific, para reforzar no sólo los aprendizajes individuales de los estudiantes, sino además diseñar políticas que den lugar a un futuro más próspero y con más oportunidades para los estudiantes y docentes de América Latina.
“La sola implementación no asegura la obtención de resultados. El trabajo en el tiempo y el superar las distintas instancias, sí. Es por eso que la posibilidad de escalar una implementación de manera organizada y planeada es la mejor forma de obtener buenos resultados”, concluyó Falus.
Fuente: trendtic.cl
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